Rito de luna




— Bueno solo necesito dos conejos más, y tráeme algo de hierbabuena —miro a Amadahy con gesto apremiante y parece que lo ha captado, porque se va bosque adentro sin decir ni una palabra.
Los preparativos están saliendo bien, esta noche todo tiene que salir perfecto, así que intento ser lo más minuciosa posible.

— ¡Taima! —la pequeña Leotie viene corriendo hacia mí con un puñado de hierbas en la mano y el zurrón cargado— Traigo las hierbas de las montañas del norte y los guijarros del nacimiento del río. ¿Está todo bien?
— Perfecto Leotie, ahora ve a ayudar a tu hermana Imala con la ropa, esta noche va a ser importante para ella y necesita que la apoyes —sonrío y la animo con un gesto a que vaya con su hermana.
— Está bien, pero si necesitas ayuda no dudes en llamarme.

No sé si merezco la adoración que destilan los ojos de la joven, le quedan un par de años para pasar por el rito por el que va a pasar Imala, seguramente cambie de parecer cuando termine la ceremonia y la adoración se torne en algo más sucio… O igual todo sale bien y la muchacha sigue mirándome de la misma manera. Eso solo lo saben los dioses.

El claro está despejado, no habíamos entrado muy profundo en el bosque, es un lugar perfecto para que la luna nos bañe con su luz en su momento más álgido. Esperemos que todo salga bien y que los dioses nos sean favorables, porque la diosa Shima sabe que no siempre ocurre, las muchachas no siempre logran volver del trance y al final todo es caos y dolor. Y más trabajo para mí.

Es cierto que no es mi primer rito de la luna, ni siquiera es el primero del año, pero sí es el primero que toca en luna llena en varios años y no sé qué esperar.
Los ancianos del poblado dicen que será una bendición, que la diosa Luna la protegerá y será benévola con ella. Su padre… El padre de las muchachas no dice mucho, la verdad. Pero creo que le preocupa: su primogénita, Amadahy, no lo pasó bien en su rito de la Luna. Y eso que su ceremonia ocurrió en cuarto creciente, cuando los dioses generan más bendiciones, y el “peligro” era menor. Pero cuando volvió del trance no era la misma que al empezar, antes era bastante vivaracha y curiosa. Ahora es silenciosa como la noche. No es que sea un problema real, pero da que pensar.

Alzo la cabeza y la luna ya está asomando ante los últimos compases del día. El lugar es el utilizado en todas las ceremonias desde que tengo uso de razón, y están los elementos que necesitamos: huesos de conejos, la piel de estos, unos guijarros del nacimiento del río, hierbas de las montañas del norte, agua fría, sal, carbón en polvo, una niña, una mujer que ya hubiera pasado el cambio y la que lo va a pasar.
Amadahy vuelve del bosque con un conejo más y unas ramas secas, y sin decir nada prepara una hoguera antes de que la noche se extienda, y deshuesará los conejos. Esta chica es una maravilla, eficiente al máximo. Será una gran líder en el futuro.

— ¡Muchachas! Ya es la hora. Imala ¿estás preparada?
— Sí, honorable sacerdotisa.

Como odio que me llame eso, pero la ceremonia tiene sus propias normas y estas vienen con nombres rimbombantes. Imala me saluda con una inclinación de cabeza y me ofrece un ramo de girasoles. Señal de futuro y aleja a los malos agüeros.

—Ven muchacha —la cojo del brazo derecho y la sitúo en el centro del claro—. Túmbate, eso es. Muy bien, y recuerda siempre mirar al cielo. Hoy tenemos un techo maravilloso, las estrellas nos van a guiar en esta noche de tu transición de niña a mujer. Verás cosas maravillosas en tu viaje, quizá no vuelvas igual —echo un vistazo a Amadahy que sigue sin inmutarse terminando los preparativos del rito— pero te aseguro que volverás con la visión de tu futuro. No me mires así, no es tu futuro como si fuera una realidad. Sino algo mucho más onírico.

Me alejo un poco de ella, cojo el polvo negro del carbón y hago un círculo alrededor de la chica. Parece serena, pero sé por experiencia que la procesión va por dentro.
La pequeña Leoite hace lo mismo que yo, pero con sal y en dirección contraria.
Voy a la hoguera, cojo tres palos en llamas y los clavo alrededor de los círculos de sal y carbón. Ayudarán en la transición del mundo real al mundo de los dioses.
Por último, Amadahy esparce los huesos de los conejos y su piel en los huecos que no estaban las antorchas.

Las muchachas se ponen a cada lado de Imala de rodillas con los ojos cerrados, y yo procedo a realizar el rito, una vez más.

— Diosa Shima escucha a tu sierva que te clama con fervor, haz que esta muchacha atraviese el velo y protégela en su viaje —meto la mano en mi pequeño bolso y saco los polvos ancestrales y los soplo encima de la muchacha. Su viaje acaba de comenzar, ahora solo nos queda esperar.

Por suerte no esperamos mucho, los efectos del polvo, la luna y el fuego se empiezan a notar y la muchacha comienza a balbucear y a convulsionar. Todo normal, parece que vamos a tener una noche tranquila. O eso creo, por que acabo de oír un ruido en la maleza y eso no es una buena señal.
Decido que lo mejor será alejarme del ruido y encaminarme al bosque, es un buen momento para pedir ayuda.

— Diosa Shima —mi voz es solo un susurro, una pequeña súplica— tu hija más devota necesita un poco de ayuda para que Imala pueda pasar el trance… Necesito la ayuda de tus hijos del bosque —cierro los ojos, meto la mano en la bolsa, cojo una pizca de los polvos brillantes y los soplo en la dirección del viento. Otro ruego a la diosa y al abrir los ojos me encuentro dos lobos expectantes—. Hay dos jóvenes arapahoes escondidos en la maleza, ocupaos de ellos por favor.

FIN

  • Este relato está enmarcado en el Reto de escritura de #OrigiReto2018 para el objetivo: 5- Crea una historia que esté centrada en un ritual.
  • Podéis consultar las bases y apuntaros a participar en estos preciosos blogs: aquí o aqui.. (Son los blogs de @Stiby2 y @MUSAJUE respectivamente.
  • Podéis encontrar mis demás relatos del reto aquí




CONVERSATION

3 comentarios:

  1. Hola de nuevo!

    Pensaba que habías unido el relato con el anterior ubicándolo en la misma tribu y me he llevado una sorpesa grata al final. También me has dejado con mucha curiosidad por ver qué ocurre con el ritual o saber qué ven, me encantaría leer más sobre el tema en el futuro!

    Felicidades por los dos relatos <3

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  2. Estupendo como enlazas este relato con el anterior. Me encanta como termina aunque me habría gustado saber más del ritual y de como seguía la noche. A ver si continúas la historia en alguno de tus próximos relatos ;3

    Muy buena redacción y ambientación a demás de que me ha gustado mucho el personaje de la sacerdotisa y su narración el primera persona. Muy lograda y sobretodo creíble, con unos pensamientos muy realistas.

    Cosillas, apenas nada y mas bien por opinión personal xP, lo dejo por si ayuda ^^

    -no era la misma que al empezar, antes era bastante vivaracha- Lo cambiaría por un punto o dos puntos, y "había dejado de ser vivaracha" o "ya no era..."

    -y deshuesará los conejos- Me suena un poco extraña esa frase ahí, no me suena bien :S

    -Un ramo de girasoles. Señal de futuro y aleja a los malos agüeros.- quizá suena mejor "Un ramo de girasoles: que aleja el mal agüero y actúa de talismán para el futuro."

    Bueno, ya sabes, son sugerencias ^^
    Ya te he contado esos 10op por la pegatina completa y mañana los actualizo en el Ranking. ¡Enhorabuena por tu tercer mes con estrellita! :P


    .KATTY.
    @Musajue

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  3. Sobre este relato no tengo mucho que decir, me sacó un poco de la lectura el "Como odio que me llame eso," porque hasta ahí parecía que la narradora estaba amando y respetando el rito, no sé, me confundió un poco ese "odio" en algo que parecía bastante "espiritual" e importante para ella.
    Me gusta cómo has unido los dos relatos, aunque no me queda claro del todo si son dos tribus enfrentadas (una en cada relato) o la sacerdotisa de este solo manda a los lobos a ocuparse de los chicos del otro relato porque no quiere que sus ruidos o su presencia puedan interferir para mal en el ritual de la muchacha.
    Por lo demás, creo que me ha enganchado más este relato que el anterior, el ritual está muy bien descrito. Enhorabuena.

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